La Maquinista Alcoyana
| La Maquinista Alcoyana | |
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| Información | |
| Período de actividad | 1843 - Finales 1970s |
| Fundador/es | Antonio Boronat Payá |
| Sector | Metalurgia |
| Ubicaciones |
Calle de San Roque (1843) Arrabal de Santa Elena, 6 (Fundición, ~1864) Calle Santa Marta, 25 (Taller, 1895) |
La Maquinista Alcoyana fue una de las primeras industrias del sector metalúrgico en Alcoy. Fue fundada en 1843 por Antonio Boronat Payá, y a los pocos años de fundarse se trasladó a su ubicación del Arrabal de Santa Elena 6, hoy calle de San Jorge número 4. En 1895 trasladaron los talleres al edificio de Santa Marta 25, hoy el Camí, dejando la fundición en el otro local.
Inicios[editar | editar código]
Esta empresa tuvo su primera sede conocida en la calle de San Roque, antes de trasladarse al Arrabal de Santa Elena.[1] En 1864, la empresa llevaba la razón social "Viuda e hijos de Antonio Boronat", y estaba "a cargo de Romualdo Boronat Terol". Según el anuncio publicado en la Guía Martí[2], se dedicaban a fabricar elementos para construcción como barandillas, picaportes o manisas, así como piezas para maquinaria e industria, como batanes, hornillos, pesas o planchas, además de "otros mil objetos que se les quiera encargar".
En el año 1870, se encontraban al frente de la empresa José y Desiderio Boronat. La Guía General de Alicante y Murcia de 1886, realiza esta pequeña reseña sobre la empresa:
Fundición primitiva, de José y Desiderio Boronat.— En 1838 existía ya esta fundición, creada bajo los auspicios de Don Antonio Boronat Payá, padre de los actuales propietarios. Estos, como su antecesor, se hallan dedicados á la construcción de máquinas para norias y la elaboración de vinos y aceites, que son muy apreciadas lo mismo en Alcoy que fuera de esta ciudad, siendo grandes los pedidos que de dichas máquinas se reciben
Creación de los talleres de metalurgia[editar | editar código]
En el año 1895, se instalan en el número 25 de la calle de Santa Marta los talleres metalúrgicos. Este edificio se reformó en el año 1905 por el maestro de obras Agustín Muñoz, elevando dos plantas sobre el bajo existente, y dejándolo tal cual lo podemos ver hoy día.